Pequeño reportaje sobre un lugar de escucha lujoso que ya no existe.
Jordi era inquieto, curioso. Por aquel entonces, coleccionaba katanas originales de soldados de la Segunda Guerra Mundial y era especialista en historia de la primera gran guerra. Podía explicarte el desarrollo de tal o cual campaña desastrosa, mientras te ponía una cerveza y unos boquerones. Su frase preferida, la que repetía constantemente era: “La que nos va a caer”, mientras miraba al techo de la bodega, como si entre el follaje vislumbrase una amenaza natural, una tormenta cercana.
Este era mi animal para Jordi… el bodeguero.