Concierto organizado el 16 de Julio de 2016, en el Centro de Arte Santa Mònica de Barcelona.
El público entraba en una sala muy poco iluminada, con una apariencia de teatro en descanso, a punto de arrancar. En el centro de la sala, un pilar con un botón rojo, iluminado y quieto.
Al apretar el botón toda la colección de cachivaches y aparatos mecánicos se ponían en marcha y comenzaba un concierto milimétricamente exacto que era apoyado por una iluminación a la carrera, es decir, focos que se encendían y apagaban según sonase cada instrumento, o que directamente estaban integrados en el propio artilugio.
Para celebrar este fantástico despliegue de imaginación y juego, pues nos fuimos a jugar allí mismo. Y digo nos fuimos porque esta vez mi hijo Pablo se encargó de dibujar el sonido.
Nos sentamos, nos relajamos y me dedique a aguantarle la hoja mientras el lentamente dibujaba de oído.