Música mecánica y poesía en la sala Heliogàbal con Pierre Bastien.
Este es mi hijo, Pablo Castañer, a la entrada del Helio, a punto de pasar a la acción.
El set de trabajo de Pierre prometía tanto como el nuestro, un montón de círculos de cartón con manchas de acrílico que preparamos el día anterior escuchando la música de Pierre. Nos instalamos al final de la sala, en el suelo, sacamos los rotuladores, y tranquilamente, o más o menos, nos pusimos a dibujar a partir de la música o por sugerencia de esta.
Pablo decidió que la mejor manera de encarar este momento era escalar los taburetes y subirse a una estantería antes de cada dibujo. Me pareció muy bien, yo me quedé tranquilo sentado, casi con los ojos cerrados.
Al final de la sesión teníamos este tremendo material, que documenta el concierto:
Como también grabamos un trocito del audio con el móvil, pude montar todo este material en una animación que retratase formal y conceptualmente el espíritu bello y sincopado de este artista del loop continuo hacia “nunca jamás”.