Imagina poder ver como una flor se abre hasta desplegar toda su forma y color, a una velocidad y un ritmo mas rápido del normal, pero suficientemente lento como para poder captar toda la transformación, y sin ningún truco cinematográfico. Frente a ti, para que puedas dibujarla.
Esta era la propuesta de una alumna al llegar a clase y entregarme  una bola de té “Mystery”, made in Nederland.

Una semilla verdosa de unos tres centímetros de diámetro, que puesta en un jarrón transparente, lleno de agua a 90 grados, se abre y despliega poco a poco las hojas comprimidas, hasta descubrir una flor roja preciosa, que flota en mitad del agua tintada.

El proceso dura unas dos horas en su totalidad, así que hay tiempo de sobra de hace buenos dibujos.

 

 

 

 

 

Y además al final se bebe !!  Genial.