Año 2006. Este fue mi primer concierto dibujado, la primera vez que me plantaba delante de un artista con voluntad de captar qué poética, qué fuerza y vibración transmitía.
No conocía de nada al grupo y me fascinó la apuesta. Entendí muy bien qué animales mágicos dormían y vigilaban en la sala donde actuaron y en los siguientes días me pareció lo acertado acercarme al museo de zoología para tomar apuntes y mezclarlos con el resultado del concierto.